4/30/2006

12.- Los libros de historia de Eduardo Bueno


Para muchos Eduardo Bueno pertenece a la estirpe de Carl Sagan o Asimov, la raza de los divulgadores. Hombres de extraordinaria capacidad para acumular conocimiento y sintetizarlo en un lenguaje accesible que abre al gran público las puertas de un dominio hasta entonces cercado.

En ese aspecto quizá pueda decirse que Bueno es el Asimov de la Historia de Brasil. Pues desde que tomó a su cargo reducirla a fascículos para un suplemento dominical no ha dejado de publicar, siempre con éxito, sobre la historia oscura, nebulosa y poco documentada del Brasil. Ha sabido transformar en Best Seller lo que hasta ayer era apenas un mal recuerdo: tener que estudiar la indigesta historia de la patria.

Bueno iba para ideologo de la generación beatnik brasileira. Tradujo en su juventud "On the Road", escribió una biografia del grupo de rock Mamonas assasinas y otra sobre el Gremio de Porto Alegre, el club de su corazón. Fútbol, música, literatura alternativa: Eduardo, lo tenía todo para ser un "moderno".

Lo que nadie sospechaba al verlo con su camisa de seda floreada y su aire de profesor de yoga es que desde niño alimentaba una pasión amateur por la historia de su país, que le había llevado a acumular obsesivamente una biblioteca con miles de volúmenes sobre los siglos oscuros de la conquista de la tierra, el XVI y el XVII.

¿Al final quién era este chico tan animado? ¿Periodista, traductor, guionista, biógrafo? Muy pocos sospecharían que sus conocimientos sobre el origen del Brasil superaban los de cualquier historiador profesional que pudirara ponersele enfrente.

A Bueno le fascina el Brasil de los primeros tiempos. El de los navegantes portugueses que lo vieron por primera vez, pero también el de los capitanes, los naufragos y los degradados que éran dejados en estas tierras como castigo. Un mundo sobre el que se había escrito poco y casi siempre de un modo hipotético. Bueno se dedicó a cazar documentos en monasterios portugueses, en bibliotecas perdidas, a barrer hasta el último rincón en busca de cartas, contratos, o cualquier legajo que pudira hablar de aquellos tiempos nebulosos.

El resultado fueron libros de éxito dónde el brasileño asisite deslumbrado a la grandeza de un tiempo perdido, que es el suyo, dónde el país se va perfilando con codicia, deslumbramiento y mucha sangre. Un mundo donde no faltan héroes, locos, místicos, personajes misteriosos y abyectos.

Además de un libro muy cuidado sobre el comercio del pau brasil, Bueno tiene publicados:

"Brasil a vista! A Aventura ilustrado de descubrimento"
"Naufragos, traficantes e degradados" (quizá el más interesante)
"Capitães do Brasil"

y el excelente "Brasil: a increivel historia de um pais" dónde da una visión general desde la prehistoria hasta Lula, -lo que tampoco supone un salto demasiado grande-.

Leer la historia del Brasil a través de la prosa sencilla de Bueno es entrar en un bosque de mil árboles, lleno de serpientes, flores y onças. Una experiencia tanto o más iniciática que un chute de LSD.

Al final Bueno consiguió ser un beatnick. Sin necesidad de Zen, Tao y Gestalt. Le bastaron la navegación, los hombres llegados de más allá del mar, la noche mágica de los indios, el canibalismo, la locura de la ambición, el extravío de la carne de aquellos fundadores en la sensualidad de indios y negros.