4/23/2006

5.- Luiz Alfredo Garcia Roza, el Simenon carioca


El detective Espinosa, simpático comisario que tiene a su cargo la DP nº 12 de Copacabana, es un personaje al que hay que seguir con un mapa de Río en la mano. Uno de los rasgos obsesivos de su autor es dotar a la acción de una referencia geográfica precisa. No le interesa tanto un asesinato como el hecho de situarlo en el punto exacto de la calle. Porque Garcia Roza ama las calles, los mapas, y es fácil imaginarlo paseando con un ojo en los números de las puertas y otro en el cobrizo atardecer de Copa.Espinosa es culto, solitario, tiene puntos en común con Montalbano pero a diferencia de éste le gusta hacer sus comidas en un MacDonalds, llevando la comida a un banco junto a la playa donde la divide con algún menino de rua. Su máximo desempeño como gourmet lo logra camino de casa a la vuelta del trabajo cuando se pilla unos kebaps que más tarde pasa por el microondas.

Espinosa es aficionado a los sebos, librerías de viejo dónde se distrae entre caso y caso. Anda siempre dándole vueltas a la idea de hacerse unas repisas para organizar su biblioteca. Pero no se decide porque le ha cogido gusto a tener los libros apilados contra la pared. Su tostadora sólo tuesta de un lado y a veces anda tentado de comprar una nueva. Pero le ha cogido gusto a sus semitostadas y acaba desistiendo.

Garcia Roza ha sobrevivido a su oficio de psicoanalista asumiendo su gusto perverso, algo tarado, por ese mundo podrido que genera la orla más bella del mundo. Descubrir el infierno en un paraíso de tarjeta postal. Como Kurtz encontró el paraíso en el horror.

Las novelas del comisario Espinosa son hasta la fecha:

O silêncio da chuva
Achados e perdidos
Vento sudoeste
Uma janela em Copacabana
Perseguido

Roza también ha publicado recientemente Berenice procura, donde da vacaciones a Espinosa y deja la investigación del asesinato de un travesti en la playa a cargo de una taxista mujer: Berenice. El resultado no está a la altura de lo anterior, quizá porque la situación personal de ella, recién divorciada, interfiere demasiado en el interés del caso. O simplemente porque se echan de menos las manías de Espinosa.